viernes, 12 de agosto de 2011

Los molinos de viento saltan del campo a las azoteas

Los pequeños aerogeneradores eólicos (small wind turbines) constituyen una alternativa energética limpia que adelgaza la factura de la luz en los hogares

¿Qué tienen en común la sede central de Acciona y el departamento de Industria de Pamplona?
A simple vista, nada. Pero basta con subirse a la azotea de algunos de estos edificios para verlo: aerogeneradores domésticos (small wind turbines) que generan parte de la electricidad que consume el edificio.
Son casos excepcionales, pero el fenómeno está en auge.

La llamada energía minieólica salta del campo a la ciudad, y comienza a conquistar los hábitos de los consumidores más concienciados con el medio ambiente. No es para menos: por cada kilowatio que se genera con un aerogenerador de pequña potencia (small wind turbines), se evitan 800 kilogramos de emisiones de C02 anualmente a la atmósfera.


Las aplicaciones de estos aerogeneradores eléctricos han sido hasta el momento relegadas a fincas rústicas donde la red eléctrica general no llegaba.

Pero el salto a la invasión del paisaje urbano ya se ha producido y prepara su expansión. Marcas como Sonkyo Energy con elwindspot, especializado en aerogeneradores de pequeño tamaño (small wind turbines) para uso doméstico, rústico e industrial, son responsables de esta revolución.
Según el director de Alba Renova, Aitor Rodríguez, un generador de 1,75 kw puede generar la mitad de la energía anual de un hogar medio. La fuerza del viento, traducida por una instalación ad hoc en la vivienda, es suficiente para cubrir parte del consumo de la casa.

Con este panorama, cualquier puede emocionarse ante la idea de convertir su hogar en un modelo de respeto al medio ambiente. Pero lo cierto es que no es tan fácil. Hay que tener en cuenta la inversión necesaria. Ésta varía en función de las necesidades energéticas de la casa, pero los expertos la cifran desde los 6.000 a los 25.000 euros.

Los aerogeneradores domésticos (small wind turbines), no son lo más caro, hay turbinas que cuestan entre los 2.500 y los 3.500 euros y se pueden encontrar en el mercado por la mitad. Pero la instalación, sí puede ser más costosa. También hay que contar con las licencias que deben pedir a la autoridad local para ser instalados en un jardín o en una azotea. Hasta debe medirse el ruido. De cualquier modo, en la actualidad, la tecnología ha hecho estos aerogeneradores más silenciosos.

Además, hay que tener en cuenta las posibilidades del viento en el área geográfica, el Gobierno ha elaborado un mapa eólico español que puede servir de orientación y el tiempo en el que se podría amortizar la inversión.

El windspot por ejemplo es muy silencioso y capaz de trabajar a muy bajas revoluciones.

En este caso, si lo que prima es la conciencia medioambiental del consumidor, la alternativa está clara. Si es ahorrar en la factura de la luz, los efectos se notan inmediatamente, pero la amortización se produce a largo plazo.

Ahora, los productores esperan el despegue de esta alternativa energética, que para que resulte realmente eficiente suele ser combinada con paneles solares en las viviendas.

El Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (Paner 2011-2020) incluye la minieólica como alternativa energética a desarrollar. Los objetivos señalados en este documento dibujarían un panorama similar al de Gran Bretaña, donde losaerogeneradores domésticos (small wind turbines) conviven con las chimeneas en las azoteas de los barrios y hay ya instalados alrededor de 100.000 unidades.

Pero el desarrollo legislativo y la política de incentivos económicos para que esta alternativa despegue definitivamente se está haciendo de rogar. De cualquier modo, hay empresas como la cántabra Sonkyo Energy que se adelantan y ya realizan un proyecto personalizado de minieólica para viviendas.

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