sábado, 21 de agosto de 2010

Oliviero Toscani: 'Facebook es un campo de concentración voluntario'

Oliviero Toscani inundó las vallas publicitarias del mundo, durante casi 20 años, con polémicas campañas para la firma italiana de moda Benetton. En una de ellas podía verse a una familia junto a su hijo, un moribundo enfermo de Sida. En otra aparecían tres corazones humanos con las palabras 'white', 'black' y 'yellow' en cada uno de ellos.

Polémico y provocador, el fotógrafo italiano que cree que no hay nada intocable para el arte, piensa que todo puede cuestionarse y sueña con dirigir su propio diario charló con ELMUNDO.es durante la última Campus Party celebrada en España:


La Campus Party, donde ha venido a dar una charla, es un evento tecnológico... ¿La tecnología es arte?

No es arte, es un soporte. Como un lápiz o como un pincel. No es arte, pero las pinturas de Goya están hechas con pincel y colores, y eso es tecnología.


Hay gente que pinta con el iPad o el iPhone, ¿de verdad que no es más que un cambio de herramienta?

Cada generación tiene su propia tecnología, su música, sus problemas... Siempre hay problemas a resolver y herramientas para hacerlo.


Entonces, ¿cómo cree que los jóvenes que vienen a la Campus Party van a concebir el arte en el futuro?
Aquí se enseña la tecnología, y no se llega al arte a través de la tecnología, sino al contrario. Es una cuestión de secuencia. No se trata de que la tecnología, de repente, transforme al artista, sino de que éste presente sus visiones, sus sueños, a través de diferentes tecnologías. Mi trabajo de fotógrafo, por ejemplo, ahora es electrónico y eso no cambia nada.


Pero sí hay un gran problema de secuencia. ¿De qué se alimenta la tecnología?
Creo que deberíamos hacer una Campus Party donde no se enseñe tecnología, sino la emotividad, la capacidad de sorprender y emocionar. No debe entenderse esto como una crítica, sino como un problema. Es como si en un carromato el carro fuese por delante de los caballos y eso le impidiese avanzar.


Uno de los principales cambios que aporta la tecnología al arte es la gran facilidad para copiar. Muchos artistas se quejan de que su obra se copia sin dar el crédito adecuado. ¿Este proceso es una evolución o una involución?

Si se copia no se inventa nada nuevo. El artista tiene que crear cosas nuevas. Volvemos al caballo, que siempre va delante. Los caballos nacen de un espermatozoide de otro caballo y un óvulo de una hembra. Así que siempre hace falta el orgasmo, incluso si la inseminación es artificial, para crear un caballo, aunque sea con una vagina tecnológica. Asimismo hace falta el orgasmo de un artista para inventar algo antes de utilizar la tecnología para poner lo creado en movimiento.


Sus grandes campañas para Benetton siempre tuvieron como soporta las tradicionales vallas publicitarias. Con las posibilidades que hoy hay en Internet, ¿cambiaría algo en ellas si tuviese que volver a hacerlas?

Siempre trabajas según el soporte donde vayas a comunicar y a publicar, y las vallas estarán siempre ahí, en la carretera. Hoy hay páginas web, pero no es obligatorio utilizarlas. La prueba es que todo el mundo conoce la campaña de Benetton, se recuerdan todas las fotografías, es increíble. ¿Y quién se acuerda de las fotos de Volkswagen? ¡Nadie! Mis fotografías se recuerdan no porque se comprase la ropa, sino porque la gente se sintió tocada por otros motivos. Y lo hice todo sin utilizar la televisión, por principio, para demostrar que no hay necesidad de tecnología para emocionar al mundo.


Móviles, Facebook, Twitter... ¿Estamos demasiado pendientes de la tecnología, no habría que frenar un poco?
Yo no tengo televisión en casa, no estoy en Facebook ni en nada parecido. Para mí, Facebook es un gran campo de concentración voluntario en el que nos hemos metido todos y donde todo el mundo está contento de estar, se muestra y tiene amigos. Pero en realidad eso demuestra que no tienen amigos, porque si no, no estarían los de Facebook, donde la única forma de tenerlos es no ser tú mismo, sino ser virtual. Y no es que esté contra Facebook, porque cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero también soy libre de criticarlo.


Hay un gran debate sobre el copyright porque hay quien cree que los derechos de autor duran demasiado y habría que liberarlos antes, de modo que se puedan utilizar unas ideas para crear otras. ¿Esta de acuerdo con este enfoque?

Siempre he estado en contra de los derechos de autor. Estoy a favor de su liberalización porque, entre otras cosas, creo que el arte no puede ser propiedad privada. Por ejemplo, no se puede tener en casa un Goya; se puede hacer una copia, pero el original debe mostrarse al público. Y esto no es una cuestión comunista, sino cultural, una concepción del arte como medio de educación social. La gran cultura tiene que ser pública, debe enseñar a todos y hacer entender la importancia del mensaje. De modo que soy contrario al copyright y creo que todo el mundo debería poder acceder a todo lo que le interese.

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